Este 21 de octubre, el mundo celebra los 100 años de Celia Cruz, ícono afrolatino que transformó la música tropical con sabor, fuerza y alegría.
Desde La Habana hasta Nueva York, múltiples homenajes reafirman su legado como símbolo de resistencia cultural, empoderamiento femenino e identidad afrolatina.
En 2024, Estados Unidos lanzó una moneda con su imagen, convirtiéndola en la primera mujer afrolatina en recibir tal distinción histórica.
La pieza de 25 centavos luce su sonrisa y el grito “¡Azúcar!”, inmortalizando su energía en el programa American Women Quarters.
Amazon Music relanzó álbumes y produjo audiolibros que exploran el contexto histórico de sus grabaciones, acercando su arte a nuevas generaciones.
En Cali, Colombia, se organizaron conversatorios y audiciones para celebrar su vida, reafirmando su influencia en la salsa como fenómeno global.
En La Habana, una misa conmemorativa desafió décadas de censura, convirtiéndose en acto de reivindicación y conexión emocional con su tierra natal.
Celia Cruz nació en 1925 en el barrio Santos Suárez, y desde niña supo que su destino era cantar, desafiando normas y expectativas sociales.
Tras su consagración con la Sonora Matancera, partió al exilio en 1960, negándose a regresar a Cuba por convicción política y personal.
Desde Estados Unidos, se convirtió en voz de la diáspora cubana, llevando su música como bandera de libertad y orgullo latino.
Su etapa dorada llegó con Tito Puente y la Fania All-Stars, donde consolidó la salsa como lenguaje universal de alegría y resistencia.
A un siglo de su nacimiento, su voz sigue viva, su ritmo contagia y su “¡Azúcar!” resuena como estandarte de identidad cultural.
El llamado es a mantener su legado, celebrar su arte y transmitir su historia a quienes aún no conocen su impacto en la música.
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