Este verano, los pantalones capri han completado su comeback. Un regreso a golpe de estampado de cuadro vichy que ha transportado a sus portadoras a la costa azul francesa. Con un pañuelo en la cabeza, unas bailarinas y una cesta de picnic, la fantasía de emular a Brigitte Bardot está más que completa. El icono de belleza, moda y sensualidad francés ha cumplido 90 años este sábado, alejada ya de las pantallas que tanta notoriedad e iconicidad insuflaron a su nombre.
Ahora, su vida oscila entre la defensa de los derechos de los animales y los de Marine Le Pen, una amiga cercana a Bardot, a quien considera “la única mujer que tiene un par de cojones” (tal y como declaró en una entrevista con France 2 en 2014, justo cuando cumplía 80 años). “Estoy muy contenta de haber llegado a una edad tan canónica”, ha dicho la intérprete y modelo al medio Sudoest con motivo de la efeméride.
Bardot vive en Saint Tropez, alejada ya del foco público que la convirtió en una musa de lo onírico y lo terrenal, y del cine francés que maravillaba a todo el planeta por su escaso juicio social y su fantasía visual. Louis Malle, Jean-Luc Godard y Henri-Georges Clouzot han sido algunos de los directores que han marcado su currículo interpretativo, dando sus primeros pasos en la interpretación con Y Dios creó a la mujer (1956), dirigida y protagonizada por su primer marido, Roger Vadim.
“Bardot era la presa, pero también la cazadora. Asumía que buscaba a los hombres”, ha resumido sobre su figura en declaraciones a EFE Antoine de Baecque, historiador del cine que publicará en enero de 2025 el libro Bardot (ediciones Pérégrines). Su corta pero vertiginosa carrera en el cine, su vertiente como cantante y una vida nadada a contracorriente han hecho de Brigitte Bardot, conocida por las siglas ‘BB’, una figura “aparte”, según De Baecque.
“Cuando dejé el cine, fue lo primero que pedí…”
Su irrupción en los años 50 y 60 fue una revolución para una Francia que arrastraba el letargo conservador de la Segunda Guerra Mundial y que comenzaba a despertar (y despuntar). Brigitte Bardot fue un símbolo sexual irrefrenable que, en numerosas ocasiones, fue tildada de ‘antisistema’ por diversas actitudes que se oponían a la cultura y sociedad de la época. Una de las grandes cuestiones de su figura es su sensualidad, que traspasaba la pantalla y que muchos vieron como una dicotomía. Su atractivo la llevó a protagonizar las portadas de las revistas de moda cuando todavía era adolescente.
Reconoció públicamente haber abortado en dos ocasiones. La primera fue a los 17 años por un embarazo no deseado con el director, y posterior marido, Roger Vadim. Su apertura a hablar de un tema tabú y la libertad con la que abordaba su realidad la convirtieron en una heroína de la intelectualidad de la época. “Marguerite Duras y Simone de Beauvoir escribieron sobre ella. Beauvoir, en un artículo en la revista estadounidense Esquire de 1958, elogiaba a Bardot por considerar que representaba una libertad sexual que desafiaba al patriarcado”, expone Antoine de Baecque a EFE.
Tras haber rodado cerca de medio centenar de películas y haberse convertido en la musa del cine francés, Bardot abandonó los sets de rodaje en 1973. Con una vida alejada del foco, la francesa vive en Saint Tropez con sus animales y su ímpetu de celebrar la vida. “¡No me importa la vejez! Ni siquiera la vi venir”, ha contado a Sudoest. “¡Estoy harta de este cumpleaños, prefiero tener 20!”, añadía irónica por la atención que está recibiendo su 90 cumpleaños. El estatus de leyenda viva parece no importarle demasiado. “La verdad es que no pienso en ello. Para mí, cada día es igual… Me lo tomo con la misma tranquilidad que antes […] ¡Veo pasar el tiempo y pienso que va muy bien!”, ha comentado al medio francés.
El mayor cometido de Bardot desde entonces ha sido su defensa de los derechos de los animales. “El mayor regalo que he podido recibir, después de 50 años de suplicar a gobiernos y presidentes, es la abolición de la hipofagia. Cuando dejé el cine, fue lo primero que pedí. Que ya no se mataran ni se comieran caballos en Francia. ¡Pues no tengo nada! Habría sido un regalo maravilloso para mí”, ha comentado a Sudoest.
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