Este año, las películas más exitosas en taquilla han sido secuelas, potencialmente, porque las audiencias disfrutan volver a conectar con sus personajes e historias favoritas, siempre y cuando la narrativa aporte algo nuevo y sus personajes evolucionen.
Tal es el caso de Moana 2, la nueva película de Disney, que marca el regreso de Moana y Maui en una aventura completamente fresca.
En esta entrega, Moana responde al llamado de sus ancestros para embarcarse en un viaje repleto de retos, junto a Maui y una renovada tripulación. Su misión: salvar su isla y descubrir territorios desconocidos.
La película se nutre de los valores que hicieron memorable la primera entrega, pero añade nuevas capas al crecimiento de sus protagonistas.
Cada estreno tiene su público y opiniones encontradas. Por eso, al analizar una película, intento comprenderla desde la perspectiva de quienes más la disfrutarán. En el caso de Moana 2, como muchas producciones de Disney, su público objetivo son los niños, y es claro que lograron conectar con ellos.
Basta con observar las sonrisas y el entusiasmo de los pequeños en las salas de cine para entender el impacto de esta historia.
Con una narrativa sencilla, pero llena de sentimientos, aborda temas como la hermandad, la perseverancia y la confianza en uno mismo. Estos mensajes, aunque sutiles, quedarán grabados en la mente y el corazón de muchos niños.
Ese, para mí, es el mayor acierto de la película, ya que el cine, además de entretener, tiene el poder de transmitir valores y enseñanzas significativas.
En cuanto al apartado visual, Disney vuelve a demostrar su excelencia. La calidad de la animación sigue superándose con cada producción. Los paisajes de Moana, desde el realismo del agua hasta los vibrantes colores de los trajes y escenarios, son espectaculares.
El diseño de los personajes y la representación de la cultura hawaiana son un tributo auténtico y respetuoso, según lo que he podido investigar. Este nivel de detalle enaltece aún más la experiencia.
Por supuesto, Moana 2 no es perfecta. Algunos critican sus canciones, pero creo que, al igual que sucedió con You’re Welcome en la primera película, estas melodías crecerán con el tiempo, cuando los niños las canten una y otra vez.
Otro punto debatible es el villano, un dios que controla tormentas, pero carece de presencia física. Aunque para algunos esto podría parecer un defecto, no es raro en producciones basadas en mitología presentar antagonistas de naturaleza simbólica.
En cambio, lo que considero menos efectivo es la inclusión de nuevos miembros en la tripulación de Moana, cuya participación no agrega peso real a la trama.
Moana 2 es una película sencilla, entretenida y diseñada para disfrutarse en familia. Con una duración de 1 hora y 40 minutos, no busca complicarse, sino ofrecer una experiencia cálida y memorable. Hay películas que invitan al análisis profundo, y otras, como esta, que simplemente celebran el arte de contar historias accesibles para todos.
Los invito a que vayan al cine con sus seres queridos. Estoy seguro de que disfrutarán una película hecha para celebrar la unión familiar y la magia de la aventura.
PERIÓDICO LA PERLA