Cinco años esperaron los fanáticos de una de las némesis más exquisitas del Universo extendido de DC Comics para ver en pantalla grande la secuela de “Guasón”: “Guasón 2: Folie à Deux” y me encantaría decir que valió la pena, pero no. Quien escribe, mentiría si dijera lo contrario. Yo era una de las que anhelaba que el período concluyera, por eso mi dolor.
Advertida por las críticas que surgieron a raíz de su proyección en el Festival Internacional de Cine de Venecia, ya me había preparado psicológicamente para lo que observaría con sumo detalle a lo largo de dos horas exactas, lo que dura la película.
“Guasón 2: Folie à Deux”, llamada así porque significa “locura de dos”, término que se usa para describir enfermedades mentales entre dos personas estrechamente vinculadas, según este diagnóstico solo una de las personas sufre un verdadero trastorno psicótico; “en la o las otras, los delirios son inducidos, y habitualmente ceden cuando las personas son separadas”. Así que quizás, he debido prestar atención al título e investigar sobre el mismo antes de ver el largometraje.
La historia se desarrolla dos años después de que Arthur Fleck (Joaquín Phoenix) arrasara Ciudad Gótica como un huracán. El espectador se encontrará con un hombre en el que cae sobre sus hombros el peso de un sistema que no repara en los traumas psicológicos o psiquiátricos que pueda tener un recluso y lo trata como un presidiario más.
La producción coescrita y dirigida por Todd Phillips prometía en su tráiler explorar los orígenes de la relación entre “El Guasón” y Harley Quinn, después de que el mundo vio en “Escuadrón suicida” y “Aves de presa” y sí, en ella el cineasta estadounidense ofrece su propia versión de cómo comenzó todo entre los dos personajes, pero lastimosamente, el deseo de incorporar a la música como un elemento casi forzado se interpone en el camino… tanto que llega a hastiar hasta al más amante de los géneros musicales. ¿Era necesaria esta película o fue tan perfecta la primera que mejor hubiera sido detenerse allí?
“Guasón 2: Folie à Deux”, que tarda más de una hora en arrancar, tristemente terminó siendo un despropósito, tomando en cuenta todo lo que plasma y lo que logró su antecesora; vuelve a mostrarle al mundo que no se está frente a un monstruo sino a de una víctima más de una madre desquiciada, de una sociedad indolente e incluso, de un aparato burocrático que no acostumbra a ver los panoramas en gran angular, pero ahora con una invitada especial, Lady Gaga, que al final del partido no sabemos si terminó sumando o dañando a su anfitrión.
Aplausos de pie merece nuevamente el actor de 51 años nacido en Puerto Rico, Joaquín Phoenix, ya que su entrega física y psicológica sobrepasa los límites que cualquier histrión podría abordar. Verlo es confirmar que la lluvia de aplausos y reconocimientos que recibió en 2020 por su interpretación fueron más que merecidos. Ni hablar de su dura pérdida de 24 kilos para encarnar nuevamente al bufón.
Rayando hacia el final, no sabemos si Phillips, consciente del cansancio de los que miran, hace que el Guasón le pida a Quinn no cantar más.
Igualmente, y más allá de lo que alguien pueda decir, un incondicional del guasón y de los comics tiene la obligación de ver “Guasón 2: Folie à Deux” y sacar sus propias conclusiones. Eso sí, después quiero leer u oír su reacción en el DM de @yolilu. Nos seguimos leyendo, oyendo y viendo.
El Universal