A lo largo de la historia del cine contemporáneo han sido varias las figuras que se han entregado en cuerpo y alma al momento de mostrar su lado más sensual y hasta sexual. En un rápido repaso por la memoria de algún fanático del séptimo arte podrían asomarse las imágenes de Marilyn Monroe, Rita Hayworth, Ava Gardner, Brigitte Bardot, Sofía Loren, Elizabeth Taylor, Raquel Welch, Jane Fonda, Kim Basinger, Demi Moore y Sharon Stone.
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Ante nombres tan brillantes y pesados en la gran pantalla, Nicole Kidman no podía quedarse atrás y derrocha encanto, seducción y vulnerabilidad en «Babygirl», interpretación por la que fue reconocida en la pasada edición del Festival de Venecia.
Ya habíamos observado unos vestigios de esta faceta de la australiana en la serie de HBO, «Big Little Lies», en la que dio vida a una mujer, que aguanta abusos físicos por parte de su esposo, pero en la película escrita y dirigida por Halina Reijn, la ganadora de Óscar aumenta el nivel de entrega y transformación psicológica y emocional para encarnar a la directora ejecutiva Romy Mathis, quien a pesar de disfrutar de éxito en lo profesional y personal, caerá en una dinámica sexual en la que no tendrá el poder y que podría poner en peligro todo lo que ha logrado.
Complementan el talento de Kidman y la dirección de la holandesa, el novel Harris Dickinson, Antonio Banderas, Sophie Wilde, Esther McGregor y Vaughan Reilly.
¿Por qué Kidman no fue considerada por la Academia como Mejor Actriz en esta ocasión? Solo sus integrantes tienen la respuesta.
Si usted se siente atraído por el suspenso erótico, acérquese a las salas de cine y vea «Babygirl». @yolilu.
El Universal/RDN